No es casualidad hoy en día los videos en redes sociales sobre niños prodigio o personas con talentos extraordinarios, se vuelvan virales de la noche en la mañana. Hay una curiosa fascinación por observar los límites del ser humano y contemplar con envidia al virtuoso, pues con ello también se fantasea la idea arquetípica de ser admirado y reconocido por los otros. “Whiplash” explorar esta temática, pero desde el punto de vista del artista, al narrarnos una historia sobre un joven en búsqueda de la perfección y sobre cuánto estará dispuesto a pagar para alcanzar la grandeza.

Andrew es un joven estudiante de música quien toca la batería en una universidad ficticia, la cual funciona como símil del conservatorio Juilliard en Nueva York. La música para él es una pasión, y la toma en serio al ensayar horas extras en solitario. Al comienzo del filme Fletcher, un profesor y conductor reconocido por su exigencia musical en el conservatorio, es atraído por la interpretación de Andrew. Fletcher tiene un oído absoluto muy fino y está en constante búsqueda de talentos para la banda de jazz que dirige en el mismo recinto. Y aunque ésta podría ser la historia de cómo el método de un profesor inspira al alumno para destacar la excelencia, como lo han hecho otros profesores en otros filmes, por ejemplo en la película “Con ganas de triunfar” (1988) del dir. Ramón Menéndez, este filme trata de todo lo contrario.

“Whiplash” es un thriller sobre los sacrificios y retos humanos para lograr la habilidad, el conocimiento y la sensibilidad de interpretar el ritmo y la improvisación del jazz. También sobre cómo un maestro de forma fáustica va guiando a su alumno a un camino sin retorno donde irá perdiendo poco a poco su propia humanidad, simplemente por haber mostrado una chispa de talento. “Whiplash” ha sido comparada en varias ocasiones con “Cara de Guerra” (1987) de Stanley Kubrick, pues toca el tema del quebrantamiento irreversible del espíritu por medio del miedo, la ansiedad y el juego mental, en esta ocasión en el nombre del arte, pero también por su semejanza con el estilo militar de ser entrenado, aunque “Whiplash” además resalta la delgada línea entre la locura y el artista.

Una de las incógnitas en el filme, es si con sus acciones el maestro desea Andrew desista de su interés por la música pues teme de su potencial, o si hay un deseo interno porque consiga la grandeza. Un personaje importante en la historia es Jim, el padre de Andrew, quien siempre deseó sobresalir y se conformó con la estabilidad y la comodidad de la academia. Jim representará la calidez de estar a salvo, y asimismo la mediocridad.

Es muy interesante en una de las escenas, el punto de vista referido a cómo la sociedad ve al artista en la actualidad. Pues los grandes artistas de hoy, son celebridades, quienes difieren del rechazo y pobreza que sufrían los artistas en el siglo pasado. Rene Ricard en los 80’s explicaba un poco el fenómeno, en su texto “Radient Child” cuando remarca la tristeza colectiva y el intento social por no perder la oportunidad de reconocer el talento generacional, « no existe otro gran artista en la historia del Arte quien haya sido ignorado como Van Gogh, aun así la gente sigue temiendo volver a cometer el mismo error ». Pero eso sucede desde la perspectiva social, del lado contrario, en una perspectiva más íntima y cercana se cuenta otra historia, hay un prejuicio y miedo de ver al arte como medio para vivir, pues además que no posee el mismo mérito social comparado con las expectativas sociales de estabilidad, éxito y riqueza, hay un estigma autodestructivo en el proceso.

Otro de los más grandes aciertos del filme es el abordar el tema sin ninguna postura ética y moral presentar un dilema pedagógico, el cual difícilmente llegaría a una tesis en nuestros tiempos, pues el método desde el punto de vista humanista sería escandaloso. Sin embargo lo más sobresaliente de Whiplash es el ritmo en la narrativa de la historia, se cuenta como si fuera una pieza musical cuidadosamente seccionada y para culminar en un final, el cual hará vibrar y contener el aliento del espectador.

 

Recomendación 9