Un pequeño grupo de estudiantes de actuación trabaja con técnicas para poder cambiar de identidad y desarrollar diferentes personajes. De la misma manera vemos la versatilidad por medio del método para esconder sus verdaderos sentimientos. Pero todo comienza a tener una fractura cuando el profesor les propone hacer algo radical, vestirse de botarga y salir a la calle con propósitos definidos, los cuales no requieren de una presencia escénica, ni de mostrar sus rostros ni cuerpo pues el actor se mantiene escondido, se mantienen anónimo debajo del traje. Por cuestión de egos, o por algo más, la situación tensa al grupo y pone a reflexionar, ¿Qué hay detrás de esos personajes urbanos? Y ¿cuál sería la lección de hacerlo?

La palabra botarga puede venir del apodo a un actor italiano llamado “Stefanello Bottarga”, quien participaba con un vestuario ridículo y exagerado en diferentes obras de la Commedia dell’arte en el Siglo XVI. En ese entonces el objetivo era enfatizar la comedia siguiendo un guion. Sin embargo la Botarga en un contexto contemporáneo aunque mantiene casi el mismo principio anterior, presenta una libertad muy cercana al performance pues depende de la reacción del público en el entorno. Además su uso ha evolucionado también hacia un nivel comercial, se convirtió en la mascota de una identidad o corporación, donde su misión suele ser crear el ambiente y la empatía entre el público y la marca.

Otra manera de llamar a este tipo de disfraz es fursuit, proveniente de una subcultura del comic llamada furry fandom, quienes disfrutan disfrazándose de animales reales o fantásticos y presentar sus trajes y movimientos más creativos en convenciones como la de Anthrocon en Pittsburgh, Pensilvania. El fursuit es el disfraz relacionado con un animal peludo, por ejemplo como los que aparecen en el video de Moby “Beautiful” del 2005, donde un grupo de estos personajes se nos presentan en una situación alejada de lo infantil al reunirse en una fiesta de swingers, la cual no termina de la mejor manera. El video es interesante pues la canción expresa la incapacidad social de ser honestos y la necesidad de siempre esconderse a través de apariencias.

Pero hay un lado denigrante en quienes usan estos disfraces, en algún momento se volvieron en los payasos de rodeo, en el hazme reír, en los freaks y suelen ser sujeto vulnerable de agresiones por quienes no están disfrazados, como si de alguna manera se entregaran como carnada a la sociedad. Un ejemplo de ello está reflejado en el shockumentary (documentales falsos que gustan de engañar a quienes filman y al espectador) “Midgets vs. Mascots” (2009) del dir. Ron Carlson, en donde con un humor muy americano influenciado por el programa Jack ass, se crea una batalla física entre enanos y botargas con el objetivo de ganar 1 millón de dólares.

“Animal Project” pone en relieve el uso de la botarga o el fursuit, como un acto de humildad o reafirmación espiritual, así como la oportunidad de al disfrazarse ser capaces de expresar sentimientos y aunque la intención del filme no es para nada política, si se nota cierta similitud con el personaje “Anarchopanda”, utilizado por un profesor de filosofía para manifestarse en la huelga estudiantil de Quebec del 2012, quien con humor y ternura abrazaba a la policías en un sentido de solidaridad estudiantil, protesta y de paz.

“Animal Project” pone en relieve el uso de la botarga o el fursuit, como un acto de humildad o reafirmación espiritual y aunque la intención del filme no es para nada política, si se nota cierta similitud con el personaje “Anarchopanda”, utilizado por un profesor de filosofía para manifestarse en la huelga estudiantil de Quebec del 2012, quien con humor y ternura abrazaba a los granaderos en un sentido de solidaridad estudiantil, protesta y de paz.

“Animal Project” es un interesante filme el cual presenta una nueva lectura sobre esta clase de personajes y el potencial artístico y social que tienen en la actualidad.
 

Recomendación 8.5