Dicen que la creatividad surge de la peor de las angustias y la necesidad. Quizá eso sucedió en el proceso creativo de uno de los discos más importantes del rock alternativo, “Siamese dream” de Smashing Pumpkins, editado hace 25 años.

Después de tener relativo éxito con su disco debut, Smashing Pumpkins atravesó una etapa crítica: su líder Billy Corgan no asimilaba la poca suerte que tuvo con su disco debut a pesar del éxito en críticas, sumado a una depresión por una ruptura sentimental, problemas de sobrepeso y un bloqueo creativo. Y por otro lado, tener que liderar con tensiones entre los integrantes de la banda, complicándose más con el abuso de drogas y relaciones personales, así como tormentosas entre ellos.

Con ese bagaje, todo sonaba a que el grupo se desintegraría, pero el ego de Corgan era tan grande que decidió seguir. Algo que Corgan tuvo claro era no quería sonar a una banda de grunge más, así que reclutó a Butch Vig, un referente del sonido grunge y el productor detrás del “Nevermind” de Nirvana, pero también contrató a Alan Moulder, quien había participado en la creación de una referencia clara en ese momento para Corgan: “Loveless” de My Bloddy Valentine.

Emulando el estilo de trabajo de Kevin Shields, líder de la banda irlandesa, Corgan se obsesionó con el control creativo total del disco, incluyendo el tocar todos los instrumentos y sólo cediendo una parte a su baterista, Jimmy Chamberlain, el único al que consideraba talentoso (creando aún más tensión dentro del grupo con la bajista D’arcy Wrestky y el guitarrista James Iha). Convirtiendo las sesiones de grabación en un proceso agotador y estresante, pero que fue capaz de superarlo todo para finalmente entregar el esperado segundo álbum de la banda.

De esta manera, “Siamese dream” contaba aún con el sonido grunge que tan de moda estaba en esos días, pero también bebía de otros géneros como el shoegaze, heavy metal, rock progesivo y balada pop, lo que logró evitar ciertas etiquetas para crear su propio estilo, más ambiguo y ambicioso que los de sus contemporáneos.

El primer sencillo lanzado en 1993 fue “Cherub rock”, una potente canción sobre el conflicto de hacer música comercial por exigencia, que no sonaba tan distante de lo hecho previamente pero se notaba un cambio en el tratamiento de las guitarras, de la distorsión a un sonido ahogado y licuado que se desarrolla con una melodía fabulosa y un Corgan entre dolido y furioso.

Entre ese sonido más crudo con pesadas atmósferas cargadas de furia están “Geek USA” y “Silverfucker”, quizá mas deudoras del heavy metal que del grunge, y otras con fuertes pinceladas de psicodelia como “Quiet” o “Rocket”.

Aunque una de las mejores composiciones que ha hecho Corgan en su carrera al frente de los Smashing Pumpkins y que fue escogida como segundo sencillo es “Today” una alegre pista de rock pop con unos dulces punteos y unas guitarras ruidosas pero contenidas que contrastaban con la obscuridad de su letra, quizá la más cercana a lo que pasaba el vocalista en esos días de depresión donde habla figurativamente de sus ideas suicidas:

“Pink ribbon scars that never forget, I tried so hard to cleanse these regrets …” Today

Pero esa no fue la única canción que causo controversia, también lo fue “Disarm” (“Cut that little child inside of me and such a part of you”), a pesar de ser una preciosa balada pop arropada por violines dramáticos y un sutil arreglo de orquesta, que a la larga fue todo un éxito junto con “Today” en los días en que MTV era la referencia musical.

A pesar de que todo parecía en su contra, “Siamese dream” significó el éxito de Smashing Pumpkins a nivel comercial que tanto buscaba Billy Corgan, creando uno de los disco que puede ser considerado por su sonoridad como un ejemplo de canciones con fuertes ganchos rock pop, momentos instrumentales contemplativos y gritos incendiarios, haciéndolo una referencia en la música alternativa de los noventa y por qué no, de la actual.

Fotos vía: Rolling Stone y flat.circle.vinyl