Elegante y compleja, “Upstream color” cuenta una historia fantástica la cual pudiera llevarnos a diferentes caminos e interpretaciones. La película maneja un lenguaje de imágenes, diálogos y eventos los cuales difícilmente pueden cobrar vida como un todo, como un concepto. Desafortunadamente no logran conectarse entre sí, y terminan por ser un cadáver exquisito o un argumento con tintes abstractos. Posiblemente el director no está interesado en que descifremos el enigma, sino simplemente en el gozo de la contemplación.

Un hombre cultiva gusanos, los cuales después de un proceso de refinación obtiene extraños poderes alucinógenos dentro de unas orquídeas. El uso de esta sustancia le crea un negocio ilegal, el cual por medio de la explotación de plantas y después de animales, se aprovecha de la voluntad de las personas y comienza la invasión personal. La historia sigue el desafortunado encuentro de una de estas víctimas “Kris” y como el evento cambia su vida.

Rodeada de sonidos atmosféricos y frases a veces pretenciosas, hay un mensaje evidente, la naturaleza se convierte en la gran fuerza magnética que rige las vidas de los protagonistas, llevándolos a experimentar un inmenso vacío o una gran alegría. Y por naturaleza podemos entender el ciclo de la vida, la vida simple, la conexión con uno mismo y con lo que nos rodea. El concepto de la naturaleza está presente recurrentemente en todo el filme y aunque invisible es nombrada en imágenes y sonidos. También de alguna manera, la naturaleza es sugerida cuando son leídos fragmentos de “Walden” de Henry David Thoreau, los cuales pueden ser referencia hacia lo espiritual y el descubrimiento personal que se adquiere al estar en contacto con ella. “Upstream” significa en inglés algo parecido a ir remando río arriba, contra la marea y de cierta manera el filme nos trata de mostrar lo inmensamente insignificantes que somos para ella. Sin embargo también es un referente de un evento dentro del filme.

Es la segunda película de Shane Carruth, quien acostumbra escribir, dirigir, editar, musicalizar y actuar en sus películas. Con su casi total control de sus proyectos ha logrado crear un estilo propio y una gran audiencia que sigue sus filmes. Su primer filme “Primer” del 2004 fue celebrada por su originalidad y complejidad, al contar una historia sobre los problemas y complicaciones de evitar encontrarte contigo mismo al viajar en el tiempo. “Upstream color” es un interesante proyecto, el cual bien podría ser sobre un viaje interior pero parece más bien un recordatorio sobre gozar las cosas simples. Sin embargo seguramente seguiremos escuchando más la película y de su posibles mensajes.

 

Recomendación 8