“Nightcrawler” es un thriller urbano ambientado en el oficio nocturno de quienes buscan la imagen sensacionalista de la nota roja: en accidentes, crímenes y muertes ocurridos en la ciudad. Una actividad que con mayor frecuencia intenta colarse con la etiqueta del periodismo, y en donde su finalidad es obtener de un canal o periódico, el precio más alto que se esté dispuesto a pagar por el producto. “Nightcrawler” nos presenta un acercamiento al mundo perverso de la televisión, por medio de Lou Bloom, interpretado de manera magistral por Jake Gyllenhaal, quien muestra con su transformación a lo largo de la película una de las voces sociópatas y postmodernas más representativas de esta generación.

Lou Bloom es un joven ladrón, quien roba metal de zonas federales para después revenderlo. Es un personaje en búsqueda de dinero fácil y rápido, pero a su vez desea encontrar algo que le dé el reconocimiento y la afirmación, la cual siga alimentando su megalomanía. Al toparse con un accidente en la autopista, descubre con fascinación el trabajo de hombres con cámaras, quienes solo desean capturar el mejor ángulo de la situación violenta de la víctima, para después correr a otro incidente similar a la mitad de la noche. El evento le abre los ojos y ve en él, un nicho de oportunidad para poner en práctica todo su bagaje autodidacta y comercial.

Lou es un paria del cual sabemos poco de su pasado, proviene de la oscuridad como acertadamente es introducido en las primeras escenas de la película. Sus diálogos expresan cierta automatización que va de acuerdo a la intención deshumanizada de sus acciones, y en donde su discurso está muy cercano a ser la copia fiel de un libro de vendedores. Pero esta situación está también muy conectada al vasto acceso a la información en la red y en donde si no hay una pequeña consciencia ética, no existen los límites. El aspecto físico de Bloom parece cercano al aspecto de un vampiro o Cesare del “Gabinete del Dr. Caligari”, hay una intención muy expresionista en su actuación. El director Dan Gilroy ha definido de una manera precisa a este personaje como un coyote, en donde su aspecto debía proyectar ser una criatura delgada, nocturna, con hambre todo; capaz de comer gente, ideas y lo que sea necesario para alcanzar su concepto de éxito. Es el perfecto vendedor de las patologías de la vida americana.

Si para los 70s, “Taxi driver” (1976) del director Martin Scorsese, era el personaje de su generación, el cual mostraba la transformación de la soledad en enojo social, para después explotar en una torcida apreciación por la justicia; Lou Bloom lo rebasa, la lucha y la empatía por el otro han dejado de existir, todos son objetos y de manera escalofriante representa una soledad generacional proveniente de la falta de intimidad, combinada con el libre acceso a la información, pero también la mezquindad, la falta de valores y la indiferencia al dolor ajeno. Es un personaje, el cual tiene de su lado a la suerte y representa aquellas personas que sin una gota de ética y moral, inexplicablemente no dejan de tener las puertas abiertas.

Hay ciertas escenas donde la musicalización está ambientada en los deseos del personaje, como cuando comienza a grabar a sus primeras víctimas y la música está mas asociada a una melodía de superación personal o de un evento positivo, cuando para la audiencia podría ser todo lo contrario.

El director Dan Gilroy también menciona en una entrevista que su primer contacto con el fenómeno del “Nightcrawler” fue cuando supo sobre el fotógrafo newyorkino “Weegee”, quien en la década de los 20’s y 30’s seguía a los servicios de emergencia para obtener imágenes de escenas de crímenes. El personaje Maguire de la película “Camino a la perdición” de Sam Mendes () está basado en el trabajo del fotógrafo newyorkino. Sin embargo, la vía de la venta del morbo o la adicción a las historias sensacionalistas también fue manejada de una manera brillante por el director Billy Wilder con su película “El Gran Carnaval” (1951), donde se nos presenta la manipulación de un reportero sin escrúpulos, quien al encontrar una noticia y la exagera para seguirla vendiendo, hasta convertirla en un centro de diversiones. Y aunque es evidente la falta de valores, hay una fascinación de las audiencias por esta clase de noticias que rebasa la razón. En otro sentido, ese amor a la cámara y ambición de trepar y escalar sin ningún escrúpulo, también se encuentra en la película “Todo por un sueño” donde la protagonista pierde el sentido de la justicia en nombre de lo que cree le pertenece por derecho.

“Nightcrawler” es un interesante historia, la cual reafirma el discurso sobre hacia dónde se dirige el contenido en televisión, cuáles son los aspectos sociales positivos de convivir con una noticia que se ha convertido en narrativa del miedo. Pero sobre todo nos brinda un personaje el cual engloba los más grandes malestares de nuestro tiempo.

 

Recomendación 9