“Mustang”, la ópera prima de Deniz Gamze Ergüven es un relato de singular belleza, su estructura narrativa se encuentra muy cercana a la del cine americano, lo cual la hace ligera y de fácil acceso. Sin embargo su contenido es fuerte y semejante a una postura anti conservadora de la política turca. Fue bien recibida en Cannes y considerada una de las mejores películas del 2015.

La película comienza cuando en un pequeño pueblo del norte de Turquía, la más pequeña de cinco hermanas Lale, se despide de manera muy emotiva de su profesora Dilek quien debe regresar a Estambul (la gran ciudad). Es interesante notar que aunque la escena es breve, la profesora en los ojos de Lale es la representación ejemplar de lo que debe ser la etapa adulta. Su partida simboliza el fin y el comienzo de un nuevo trayecto en la vida de estas chicas.

Al calor del verano las hermanas deciden festejar el fin de cursos jugando con un grupo de estudiantes varones a las orillas de la playa, acción que como en todo pueblo chico llega a oídos de su abuela y es simplemente tomado de la peor manera, sobre todo tergiversado desde un punto de vista religioso e inmoral. La vida de estas cinco hermanas huérfanas no será la misma pues conocerán el universo que las rodea a través de sus intolerantes límites y dictaduras.

Con cautivadora belleza las cinco hermanas rememoran un listado de referentes, guardan una gran simbología dentro de un macrocosmos. Desde por ejemplo: el título “Mustang” el cual es una alegoría de estas jóvenes vistas como caballos salvajes, hermosos, modernos, fuertes y que corren a velocidades fuera de lo ordinario. Hasta ninfas, o creaturas mágicas e inmaculadas, sirenas capaces de despertar todos los deseos e impulsos de una comunidad o sociedad. Tal como las sirenas de “La Odisea” de Ulises, en este caso no son los marineros quienes se amarran para no aventarse al mar siguiendo su canto, sino son ellas las que son aprisionadas para no seguir avivando el ansia sexual de una sociedad tradicionalista.

¿Qué hace a alguien recluir a su familia en un aislamiento total por miedo al exterior? En “El castillo de la pureza” (1973) de Arturo Ripstein era un padre quien se encerraba con su esposa e hijos, para alejarse de los demonios que podrían hacer a su familia volverse impura y corrupta. Un poco y en la misma línea en “Las vírgenes suicidas” (1999) de Sophia Coppola, la madre evita que sus hijas caigan víctimas del deseo y la perdición, limitándoles el contacto con el mundo una vez que se da cuenta que no puede controlarlo. La misma situación se presenta en el documental “Wolfpack” (2015) de Crystal Moselle, en una historia de siete hermanos en Nueva York forzados a permanecer en su appartamento, haciendo que su referente con el mundo y sus sensaciones puedan ser exploradas a través de las películas, pues para su padre el exterior era un lugar lleno de presiones y contaminación social. Pero las muestras de confinamiento no solamente se limitan a la pérdida de libertad, desgraciadamente existen otro tipo de encierros, como el registrado en el documental “Saving face” (2012) directores Daniel Junge y Sharmeen Obaid-Chinoy, donde en Pakistán maridos avientan ácido en el rostro de sus esposas para asegurarse de jamás ser dejados, haciéndolas presas en ellas mismas y donde la confesión de uno de los agresores revela el modo de pensar de una sociedad con un problema de género extremo. Ya sea la impureza, corrupción o deseo sexual, lo que es una constante en esta clase de actos es que la juventud y la belleza desatan esta injustificable e incomprensible conducta, en especial la amenaza de pérdida de control o el fin del pasado.

Pero volviendo al filme que nos ocupa, “Mustang” es conducida por la hermana más pequeña, quien por ello es un tanto invisible ante las normas rígidas que deben seguir sus hermanas. Su visión del mundo tiene una constante esperanzadora, un deseo por cambiar las cosas no importando el cómo. Dentro del filme los personajes femeninos o las tías de la familia, también desean estos cambios pero no tienen el espíritu atrevido de las jóvenes. Es por ello que las ayudan facilitándoles las cosas, como cuando les enseñan a hacer chicle, o también ocultando acciones que podrían llevar a un desastre, como cuando una de ellas por medio de piedras hace caer el transformador de electricidad dejando sin luz a todo el pueblo; solo para evitar que los hombres lleguen a ver el televisor.

Deniz Gamze Ergüven ha compartido en entrevistas su influencia en la estética y temática del cine de Sophia Coppola y sus vírgenes suicidas, pero también ha apuntado otros referentes cinematográficos como “Rocco y sus hermanos” (1960) de Luciano Visconti y “Offside” (2006) de Jafar Panahi.

Como en “Wadja” (2012) Dir. Haifaa Al-Mansour, la historia de una niña en Arabia Saudita que sueña con cosas no bien vistas para su género, el mensaje de “Mustang” es esperanzador y parece alinearse con otros dramas feministas en el cine de lado oriental. Se trata de temáticas y personajes, los cuales muestran a sus protagonistas con un deseo por cambiar sus propios destinos buscando una equidad y tal vez en el camino logrando darle vuelta a su realidad social.

Recomendación 8.5