A su corta edad y con cinco películas en su filmografía Xavier Dolan ha logrado construir un estilo cinematográfico propio. Con una estética colorida, influenciada por la cultura pop, es a través de sus escenografías, vestuario y construcción de personajes que se van creando dobles discursos, o discursos más profundos los cuales hacen más ricas las escenas y sus historias.

Después de dirigir hace cinco años su película “J’ai tué ma mère” donde se narraba la crisis de adolescencia y el tremendo conflicto entre una madre y un hijo por aceptar su identidad, regresa con lo que se nota es uno de los temas que más le apasionan, el rol de la madre y el núcleo familiar. Pero donde a diferencia de su Opera Prima, vemos a un director más maduro, y con muchas cosas que decir.

En “Mommy” se vuelve a hablar de la vigencia y el interminable conflicto del “Complejo de Edipo”, el deseo amoroso, imposible e infantil hacia la madre. A diferencia de la explícita sexualidad entre el hijo y la madre en las películas, “La luna” (1979) de Bernardo Bertolucci y “Ma mère” (2004) del Dir. Christophe Honoré, o el conflicto interno de una madre por amar a su hijo a pesar de su comportamiento psicópata en “Tenemos Que Hablar de Kevin” (2011) de la directora Lynne Ramsay, “Mommy” es una historia emotiva en donde el complejo de Edipo es manifestado no solamente en su lado sexual sino también en el discurso sobre el amor de madre como el único refugio para llenar el vacío de la soledad social, la inadaptabilidad y la falta de esperanza.

Es la historia de una viuda, Diane, quien viste sensualmente y fuera de su edad pantalones ajustados, mechas en el cabello en una intención por resaltar sus rasgos de juventud y por destacar sus atributos más allá de su falta de estudios. Es también la historia de su amor por su hijo Steve, un adolescente, violento y con un problema mental, de quien debe hacerse cargo después de haber sido expulsado de un centro correccional. Todo comienza a tomar otro rumbo cuando una vecina introvertida y totalmente opuesta a ellos, accidentalmente se integra al clan. Su presencia es significante pues la película se aleja de ser una lección moral o de transformación social, es más bien sobre el respeto a los demás y sobre el enriquecimiento humano de ser compañero del Otro. Magníficas actuaciones de Anne Dorval en el rol de la madre, actriz recurrente en la filmografía de Dolan, así como Antoine-Olivier Pilon quien personifica de manera explosiva la intensidad de Steve y Suzanne Clément cuya actuación siempre guarda cierto misterio sobre el pasado de su personaje.

En anteriores críticas se había mencionado el nuevo estilo en el cine francés (Abdellatif Kechiche, Jacques Audiard), un cine que habla de los marginados y sus dificultades por encontrar su lugar en la sociedad. En donde su estética raya en lo kitsch, al presentar una pobreza urbana ajena al glamour de la elegancia y el buen gusto francés. Nos muestran la búsqueda de los personajes por afirmar su identidad y dejar de ser mirados como desechos sociales. “Mommy” continúa este patrón, sin embargo se aleja de los problemas de multiculturalismo propuesto en el cine francés, pero mantiene el tono del memelodramático y le inyecta halos de misterio a la historia al nunca revelar por completo la psicología de los personajes y su pasado.

Dolan pone un especial cuidado en cada detalle al ir creando nuevas historias dentro de los eventos sucedidos en el filme. Como por ejemplo al inicio del filme cuando “Die” choca su auto y es interceptada por una llamada del centro correccional donde está su hijo, el choque se vuelve un preludio del sismo que está a punto de ocurrir en la vida del personaje. También es relevante la idea del director por filmar en un formato reducido muy parecido al de un celular, puede ser la iniciativa sea un juego de dimensiones representando esa nueva forma que tenemos de capturar la realidad por medio de ese dispositivo o también pudiera reflejar cómo la realidad es corta donde todo se ve pequeño y sin esperanza, interesante es como el tamaño cambia cuando los personajes se separan de la realidad, es entonces cuando el cuadro se transforma y tal vez la vida es diferente.

Otro elemento interesante es el uso de referencias cinematográficas, como cuando retoma escenas de “Home Alone” en tal vez una intención por volver a tocar el tema del niño y la madre, o tan solo como un toque de humor. De igual manera pareciera existen referencias en la escena de explosividad de Steve, la cual nos hace recordar cuando en “The Looper”” la madre se esconde en una caja fuerte, después de estar segura que su hijo tendrá un ataque de ira.

Aunque a veces hay un abuso de la musicalidad, pues en ocasiones existe la sensación de ser más un videoclip que música incidental, en otras se crea la atmósfera perfecta, para hablarnos mas íntimamente de estos personajes y hacia donde se dirigen. Como en el momento musical donde los personajes bailan libremente con la canción “On ne change pas” de Celine Dion.

Ganadora al premio del Jurando en Cannes 2014, “Mommy” toca diferentes temas fuertes, desde los conflictos entre la madre y el hijo, hasta las dificultades de integración social y educativa de un adolescente (o generación) enojada y con un futuro incierto, pero es también sobre la gran pregunta, ¿Es posible salvar a alguien aún amándolo demasiado?
 

Recomendación 9