Son decenas los videos en youtube y en otros portales que proponen su propia interpretación sobre la significación del filme “Madre!” de Darren Aronofsky. Análisis exhaustivos sobre su simbología evidente o escondida, la cual entre otros temas hace referencia a acontecimientos bíblicos del antiguo testamento. Lo que es una constante en todos estos videos es que quienes ofrecen su punto de vista están de acuerdo que el filme de Aronofsky divide opiniones entre la audiencia y la crítica. El filme ha sido considerado desde lo peor hasta lo mejor estrenado en el 2017, situación que lo vuelve todavía más interesante. Pero ¿por qué el filme provoca tantas reacciones? y ¿qué es el cine subversivo en nuestro tiempo?

La película comienza con una explosión donde todo queda destruido. El interior de una casa comienza poco a poco a restaurarse después de que un hombre, “Él”, pone un misterioso pedazo de cristal en un cierto lugar. La reconstrucción también alcanza a una de las habitaciones en donde una mujer despierta ante aquel acto de magia, y permite ver en su recorrido por la planta baja lo que hay en el exterior. Un llano y unos árboles a lo lejos, los cuales transmiten una sensación de soledad y de ensueño. Pronto se entiende que la casa y la mujer viven una relación simbiótica, ya que parecen ser uno mismo. La trama despega cuando un hombre llama a la puerta y es invitado a hospedarse en la casa por “Él”.

Abucheada en su semana de estreno en el Festival de Venecia, así como con una calificación reprobatoria de “F” en el “cinemascore”, y nominaciones en el razzies awards a lo peor del cine del 2017, “Madre!” fue defendida por su casa productora “Paramount”, argumentando su interés por producir filmes audaces que no buscan mercados amplios, sino que intentan reproducir el éxito de Netflix al apostar por historias que nadie más quiere realizar.

Aunque la historia en sus inicios parece ser un drama sobre problemas maritales y conflictos ocultos o no resueltos entre sus personajes principales, poco a poco la trama se va tornando enredada y desesperante; transformándose en algo bizarro y extraño. Tomando como punto de partida todos los eventos que hacen a la hospitalidad convertirse en una pesadilla.

Entre Subversivo, Blasfemo y Apocalíptico

Sin duda “Madre!” está narrada con una simbología que alude a elementos bíblicos, y como toda película con esa presencia evangélica cae profundamente en los terrenos de los filmes religiosos y en ciertas situaciones en el cine blasfemo. Aquél cine que Amos Vogel menciona en su libro “El Cine como Arte Subversivo” como raro y que siempre se trata de evitar, debido por un lado a que pudiera significar pérdida para los inversionistas, pero por otro por el escaso interés del tema en nuestro tiempo. Situación experimentada por “La Última Tentación de Cristo” de Scorsese, “Viridiana” de Buñuel o “la Ricotta” de Pasolini, entre otros. Los cuales reinterpretaban evangelios de la Biblia o personajes religiosos con el objetivo de producir una reflexión existencial, o tan solo provocar la irreverencia y el malestar alrededor de la Iglesia y sus postulados. No es en si el tema bíblico lo que incomoda sino la blasfemia al usar el “sexo” y la “profanación”. En pocas palabras el jugar con el estado divino del contenido que se adapta.

El cine blasfemo funcionaba en otro período de la historia del cine en donde todo contenido religioso era tabú, sobre todo al criticar a la Iglesia y su influencia para manipular la vida personal y social. Crítica que provocaba escándalo como en los trabajos del surrealista y anti-clérigo por excelencia “Buñuel”, así como también Jodorowsky. ¿Es que acaso el cine blasfemo sigue funcionando en nuestra época?

Uno de los logros más grandes de Aronofsky, quien es un obsesivo en las alegorías sobre temas bíblicos y filosóficos, es que volvió la temática interesante poniendo en la mesa si se está preparado en este tiempo para dialogar sobre el tema. “Madre!” es una adaptación de una lista impresionante de recursos, literarios, filosóficos, pictóricos, los cuales tienen en común expresar el pensamiento humano actual sobre la religión, y sobre el fin del mundo. Tal vez fatalista, pero Aronofsky no es el único en utilizar “el fin de los tiempos” en un sentido pesimista también lo hace “Walking dead”, “Dark” y la nihilista “True detectives”, entre muchas otras producciones y películas de horror. La razón por la que series de televisión y demás producciones que manejan el tema de la desesperanza en la humanidad son tan seguidas es porque sencillamente el público se identifica con su discurso existencialista y postmoderno.

Se podría decir que “Madre!” aunque toca temáticas religiosas sus elementos están más inclinados al llamado cine apocalíptico. Derivado del fragmento del Apocalipsis de la Biblia, que el profesor de teología John W. Martens define en su libro “The end of the world the apocalyptic imagination in the film & televisión”: como la revelación entregada a un mensajero divino sobre una visión terrorífica de que el mundo perecerá debido al comportamiento humano, y detrás de esta destrucción vendrá un juicio donde los sobrevivientes serán separados por sus actos e irán al paraíso o al infierno. Dice Martens, al parecer en el mundo del entretenimiento la temática no deja de repetirse, sin embargo radicalmente ha cambiado la historia al remover el juicio y el paraíso de la fórmula establecida por el apocalipsis judeocristiano. Los cuales serían los elementos esenciales para provocar esperanza primeramente al concepto sobre la humanidad y el “Dios” bíblico, así como para darle sentido al nuevo mundo que debe ser creado.

Lo más cercano al paraíso o al estado de paz en el filme de Aronofsky está en sus primeras escenas. La casa tiene una presencia pacífica pero es el movimiento de cámaras, coloración e iluminación que hace se vaya percibiendo como enigmática y amenazante.

Los críticos Andrew and Phil Brubaker en su podcast “In the Queu” sobre el filme (Oct 4, 2017) apuntan su similitud estética con la obra de “Days of heaven” de Malick, la cual tomó su inspiración de la obra pictórica “Cristina’s World”. Y es muy oportuna su comparación pues en la película de Malick, la casa simboliza el paraíso como ése lugar privilegiado y alcanzado por pocos. En ese filme solo por quienes podrían aspirar a una posición social alta. Se trataba de una casa donde parecía que el tiempo no pasaba, además de que efectivamente se nutría de la paleta de colores de la obra de Wyath; y donde el sentido de pérdida se percibe al estar fuera de la casa, tal y como podría ser simbolizada en “Madre!”.

Pero en la película de Aronofsky cuando los personajes secundarios comienzan a aparecer la casa que era un espacio idílico se convierte en una prisión. Tal como sucede en la extraordinaria obra del cine absurdo “El Ángel Exterminador” de Buñuel, los personajes representan un microcosmos expuesto en una situación inverosímil, en donde la clase burguesa mexicana de los 60s se encuentra atrapada y es incapaz de salir de la sala. En “Madre!” pasa lo mismo solo que la alegoría tiene una dimensión mayor al tratar de hablar de pasajes bíblicos junto con escenas de lo más oscuro de la humanidad y de su idea equivocada sobre la fe.

En todo caso Martens tiene un punto interesante, pues al evadir el clímax del apocalipsis que es la esperanza y el comienzo de una nueva era de paz, se cae directamente en la angustia. Si en el apocalipsis Dios tiene el control y traza el camino destinado al hombre, en un sentido de orden y moral, en “Madre!” todo ello desaparece. El punto de vista de Aronofsky es pesimista y doloroso, mas allá de las imágenes choqueantes que puedan existir en el filme, se propone una nueva percepción sobre Dios, que resulta para muchos como una desagradable y cínica idea sobre la humanidad; adjetivos que son sellos para describir toda la fotografía, planos y movimientos de cámara en el filme. Su estética barroca alude tanto al “Infierno” de Dante, “el Jardín de las delicias” de El Bosco, o al poema de “Dinosauria, We” de Bukowski.

Si suponiendo que Vladimir y Estragón en la obra de teatro “Esperando a Godot” de Beckett estaban realmente esperando a Dios y se preguntaban todo el tiempo ¿Dónde estará?, en “Madre!”, Aronofsky parece nos presenta su idea de qué realmente está haciendo Dios todo este tiempo.

Pero no se puede dejar de mencionar que entre toda la alegoría no solamente se habla de Dios sino también del planeta Tierra. Entre mucha de su referencias “Madre!” también es una compleja y excelente adaptación del libro de niños “The Giving Tree” de Shel Silverstein, donde la idea principal del libro es tratada de manera diferente “un personaje femenino caracterizado por un árbol se va entregando poco a poco a un niño para quien nada será suficiente”. La frase “nada es suficiente” es mencionada más de tres veces en el filme y está relacionada al cambio emocional de la relación de una pareja pero también al siniestro descontrol de la humanidad de sentirse con el derecho de poseerlo todo.

Tal vez uno más de los elementos que hacen a “Madre!” tan criticada y de cierto modo rechazada es la incómoda proyección de la presencia femenina como pasiva, sumisa, dependiente y entregada. Una caracterización que en nuestros días es rechazada y que aunque en la película parece ser el símbolo del amor incondicional, no es la única manera en la que se percibe el punto de vista de “La madre naturaleza”. La organización americana sin fines de lucro “Conservation International” lanzó en el 2014 una serie de cortos donde “La naturaleza habla”, y donde la naturaleza tenía voz y se presenta con una personificación totalmente opuesta a la utilizada por Aronofsky, al considerarse fuerte, destructiva y superior al hombre. “Julia Roberts is Mother Nature”.

“Madre!” es un filme que revela la percepción contemporánea sobre la religión y las creencias monoteístas de una manera surrealistamente grotesca. Es también una percepción colectiva alrededor de la maldad en el mundo, la destrucción de autoengaños construidos con el propósito de poder vivir sin pensar en otros, una poderosa metáfora difícil de describir, la cual también ocupa la idea filosófica de estar destinados a un eterno retorno.

El filme de Darren Aronofsky también recuerda la vigencia del cine perturbador y blasfemo en nuestra época. El cual ha logrado encontrar la manera de ser producido sin la necesidad de pasar por la censura como solía suceder en el siglo anterior. Tal vez no sea apreciada hoy, pero seguro después de enfrentar la controversia el tiempo le hará justicia y seguirá siendo fuente de análisis. La película no solamente propone la voz subjetiva de la madre Tierra así como la lección moral alrededor de la humanidad que la habita, sino también la pregunta más antigua, recurrente y sin contestar si Dios existe, ¿dónde está?

La maldad es una realidad presente y si no hay fin en ello, no salvación, simplemente somos seres sin significado, dando vueltas eternamente y sin sentido en el cosmos, sin nadie que nos ayude. ¿Y tú pensabas que el Apocalipsis era terrorífico?
John W. Martens – “The end of the world” the apocalyptic imagination in the film & televisión

Evil is a present reality and if there is no end to it, no salvation from it, we are simply meaningless beings, spinning wildly in a senseless cosmos, with no one to save or help us. And you thought apocalypses were terrifying?
John W. Martens – “The end of the world” the apocalyptic imagination in the film & televisión

 

Recomendación 9.5