La imagen del vampiro, así como su forma de amar y su relación con quienes lo acompañan son la médula para una buena historia del género. Pero es todavía más interesante cuando las nuevas propuestas muestran la reconstrucción del personaje, volviéndolo único e icono de su tiempo.

Los vampiros de Jim Jaramush continúan la idea de esta nueva tendencia a presentar un vampiro inofensivo, capaz de contener sus impulsos para convivir en armonía con los humanos, algo parecido a el temple pacífico de los vampiros de “Twilight” (2008) de la directora Catherine Hardwicke. Sin embargo los vampiros de “Only lovers left alive” son monstruos de la noche, los cuales conservan la nobleza del personaje creado por Stoker y Polidori; vampiros cultos, elegantes pero benignos con un estilo de vida “bio” y hippie, donde beben sangre embotellada de fácil transporte, no como la propuesta del envase de sangre sintética en True Blood con implicaciones políticas, sino que su abastecimiento es el banco de sangre del hospital de la ciudad. Viven una vida bohemia y disfrutan de la intelectualidad al leer sus obras literarias preferidas en su lengua original. Son nostálgicos, añoran el pasado ya que como parte divertida del filme han estado en los grandes momentos del arte y la ciencia, de esta manera han tenido una cercanía con los máximos artistas de diferentes siglos y de paso han sido la influencia directa en sus más destacadas aportaciones. Sin embargo como buenos postmodernistas, este presente es deprimente, la humanidad fracasó para ellos, y no merece otro título más que el de “zombie”. Todo lo anterior golpea a uno de los personajes y es la premisa del filme, pues como buen romántico, ve en el suicidio la respuesta a este final inevitable.

Dice Stéphane du Mesnildot en su libro “Le miroir oscur” que fue Coppola quien reinventó el vampiro como criatura cinematográfica con su filme Drácula de 1992, haciendo un museo y antología de todas las representaciones del personaje anteriormente creadas tanto en el cine como en la literatura y la pintura. La concepción del personaje se nutre de toda esta mezcla, combinando la metamorfosis animal del Nosferatu de Murnau de 1922, la elegancia y excentricidad de Bela Lugosi de Tod Browning en 1931, la sensualidad de Christopher Lee, el porte noble y refinado del personaje de Polidori, así como la adaptación de la imagen de Durero y los colores de Klimt. Después del vampiro de Coppola personificado por Gary Oldman comienza el S XX de los vampiros en el cine.

Son pocos los filmes los cuales se alejan de este estereotipo, la reinvención del personaje no es nada fácil, además de que algunas veces refleja los grandes miedos de la sociedad. En las historias de vampiros vemos la importancia de la vida humana en su andar, muchas veces como instrumento de gran utilidad para poder sobrevivir, pues toman el rol de alimento o de servidumbre para sus propósitos criminales. En “El ansia” de Tony Scott en 1983, se reflejaba la vida hedonista del 80’s su aporte al cine es significativo por su estética, por su color, además de su lado sensual y sus connotaciones homosexuales. Fue una nueva transición del vampiro, el cual habita en ese tiempo con glamour, sin embargo comienza sufrir el ataque de una enfermedad la cual puede poner fin a su inmortalidad, la mezcla de sangre y ciencia pone en relieve el gran al temor al SIDA. Algo parecido pasa con respecto a la sangre en el caso de “Addiction” de 1995 del director Abel Ferrara, una joven estudiante de filosofía es atacada por un vampiro y su transformación la hace tener un semblante parecido al de un adicto de heroína. En “Déjame entrar” del 2008 del director Tomas Alfredson, una de las mejores adaptaciones del vampiro, por la completa renovación del personaje sin la pérdida de su esencia, vemos a un vampiro alejado del estilo, el porte y el buen vestir, con una imagen más cercana a la indigencia donde pareciera su ropa proviene del expendio de ropa usada más cercano. No tiene ningún interés por las apariencias ni la celebridad. Vive escondido y es en esa situación que el humano se vuelve indispensable. Habita en la absoluta clandestinidad, sin talentos, ni anhelos, ni preguntas filosóficas, su única preocupación es comer. Es una criatura mágica, la cual tiene un juego de sexos y deseos muy interesante y complejo. De la misma manera clandestina y de subdesarrollo viven los personajes de “Bizantium” del 2012 del director Neil Jordan, quienes son constantemente perseguidas y al escapar van creando nuevas identidades, son vampiros con un punto de vista femenino o feminista, con la dualidad de la femme fatale y la inocencia de la ingenua adolescencia, se trata de una historia sobre una madre e hija que deben vivir juntas por toda la eternidad.

En “Only lovers left alive” hay un miedo al futuro, no parece que los avances tecnológicos sean de gran utilidad humana, sino más bien amenazan su existencia. Y tal vez por ello existe una ternura hacia la tierra y todo la naturaleza la cual es varias veces expresada por el personaje de Tilda Swanson. La película repasa con referencias episodios y personajes de la historia del arte, hay un cuidado en la escenografía por proyectar la personalidad de los personajes y su dualidad pues sus nombres nos indican lo cercanos que están de ser Adam el primer hombre y su Eve la primera mujer. Un diseño de arte el cual define al rockstar melancólico y a la maternal amante, excéntrica de tierras lejanas. Pero un aspecto a destacar es el replanteamiento de ¿Cuál será la siguiente evolución del personaje del vampiro en un futuro?
 

Recomendación 8